Me retorcí, y hubo más dolor. Así que me quedé quieta, aovillada, temblando. Sudaba y lloraba, a moco perdido.
No me sentía capaz ni de abrir la boca para emitir ningún sonido. Sentí unas arcadas, y como mi espalda se convulsionaba. Pensé que se me iba a partir la columna vertebral.
Cuando estaba a punto de vomitar y de partirme en dos, la piel de la espalda se me rasgó entera, como si me estuviesen clavando cuchillos y haciéndome rajas en la piel, pero desde dentro de mi cuerpo. Había algo ahí que quería salir, que me estaba aplastando por dentro y me producía las arcadas.
De repente sentí como el dolor de la espalda se iba, y las arcadas, sentí…liberación. Todavía sentía el dolor de los cuchillos, que habían parado pero todavía tenía la herida. Me caí sobre la cama boca abajo, por fin, y respiré hondo. ¿¿Qué leches había pasado??
Me levanté, tambaleante, me llevé la mano a la espalda y volvió llena de sangre. <<¿Estoy muerta?>> pensé, y miré hacia la cama.
Había sangre, sí, una mancha desparramada por las sábanas pero no tanta como para matarme. Entonces noté un nuevo músculo en mi cuerpo.
Lo sentí amodorrado, como recién nacido. Por puro instinto, me sacudí y lo hice reaccionar, y sentí un montón de músculos nuevos en mi cuerpo, lo dejé hacer, acomodarse y abrirse, liberarse, después de tanto tiempo.
Entonces giré mi cuello lo justo para ver unas plumas hermosas que se alzaban sobre mi cabeza.
________________________________________________________________________Charararán! Esto acaba de empezar! En el próximo capítulo descripción completa y responsabilidades! (joooooo) ¡No, que está guay!
________________________________________________________________________Charararán! Esto acaba de empezar! En el próximo capítulo descripción completa y responsabilidades! (joooooo) ¡No, que está guay!
0 comentarios:
Publicar un comentario